¿Éste tipo se supone que es mi hermano?

El examen de Biología había acabado tal y como lo esperaba, pasó, y con un 10. Él era un tipo muy capaz, y lo sabía, aunque sus compañeros no dejaban de sorprenderse.
"Las apariencias nunca engañan", era la idea general de toda el aula. "Es un cretino, ¿qué tendría de genio, o de capaz?". De ésta forma también golpeaba a los demás, dejándolos sorprendidos, algunos hasta se sentían ofendidos, y él sólo hacía caso omiso, retirándose en cuanto pudo de la sala, con su nota en mano.
Guardó el examen adentro del bolso, (arrugándolo y maltratándolo en el acto), y se dirigió hacia el gimnasio en cuanto la campana había sonado, indicio de que las horas para los grados mayores habían terminado.
En el gimnasio, estaba solo, o eso era lo que creía, así que tomó la pelota de basketball, jugando a darle al arco.
Se estaba animando en seguida, corría de un lado a otro, y lanzaba la pelota cada vez más lejos.
Sin embargo, no pudo advertir que, en un movimiento rápido, la pelota salió disparada hacia uno de los vitrales altos del gimnasio, rompiéndolo en cientos de pedazo.

"Mierda, qué mala suerte tengo hoy día..." Murmuró para sí, rascándose la nuca, y de manera perezosa, fue a ver dónde había caído ésta.

Habían acabado sus clases de una manera bastante común, dejaron tarea y él como siempre había anotado todo, listo para hacer los deberes una vez que estuviera libre de las clases. El receso duraba 15 minutos, lo que le daba tiempo de llegar antes al invernadero, donde tendría la clase de biología. Sin embargo algo distrajo su atención en el camino, y fue justamente un balón que salió disparado desde una de las ventanas de gimnasio, y fue a parar directo a sus pies.
Lo tomó entre sus manos y se acercó con cautela al lugar en cuestión, entrecerrando los ojos al hacerse una idea de quien sería el idiota con tan mala puntería. Y de hecho, ahí estaba, lo vio saliendo de por la puerta principal. Jah, tan obvio como siempre, aquel engreído escocés, quien por desgracia era su hermano.
-Hey, Scott... ¿Se te perdió algo?.- Preguntó con sorna, enseñándole el balón con una mueca de burla formada en sus labios. Nunca se habían llevado bien, y no sería esta la excepción en la manera que solían tratar ambos.

Su paso se hizo más presuroso. Lo iban a pillar, y el director le dio un ultimátum, si alguien encontraba luego la pelota, tendría que arreglárselas para hacerlo callar, a golpes.
Corrió, y vio una silueta, luego la voz... ¿Qué, ese idiota? Hubiese dado cualquier cosa para que no fuese él quien estaba allí parado. Caminó a paso lento, y se quedó parado al frente, frunciendo el ceño, un gesto de profundo desagrado.
"¿Qué haces tú acá?" Le quitó la pelota de un rápido movimiento.
"Tú no has visto nada..." Y se iba a dar vuelta, de hecho lo hizo, pero se detuvo, estaba apunto de irse, sin disfrutar... De su tan querido hermano.
"¿A dónde ibas, mocoso? No creas que puedes irte de acá luego de ese desastre." Señaló girándose, dibujando una sonrisa maliciosa.

Frunció el entrecejo. Enojado era la palabra más suave que describía su estado actual. Olvidaba como una sola persona era capaz de amargarle con tan solo un par de frases salidas de su boca. Negó, varias veces mientras meditaba con cautela que palabras decirle al mayor.
-¿Y desde cuándo se supone que debo darte explicaciones de dónde estoy y a dónde voy? El hecho de que seamos hermanos no implica que tú y yo tengamos que ser precisamente cercanos. -Avanzó unos pasos hacia el costado, no se acercaba ni alejaba del otro, sólo meditaba cuál lugar era el más prudente de tomar, escuchando con cierta incredulidad la pregunta ajena.

-El desastre fue obra tuya, además... Después me toca ir a clases... Ah por cierto ¿No estabas bajo amenaza? Si se enteran que el escocés anda rompiendo ventanas... Me pregunto ¿qué castigo te darán?.- Y dijo eso, soltó una risita burlesca, la idea se le hacía interesante.

"Qué imbécil", pensó, decirle eso nada más hizo que su sonrisa se ensanchara, soltando suaves risas socarronas.
"¿A mí, de qué hablas? Si tú has roto ese vidrio..." Y de un tirón, lo agarró de su brazo, apretando con fuerza.
"No necesitas ir a clases, tienes que pagar lo que hiciste." Lo arrastró en seguida, qué buena manera de torturarle había llegado hasta sus manos, si supiese la felicidad que le hacía sentir hacerlo llorar.
Y con tirones, llegó hasta la puerta del gimnasio, cerrándolo, empujando a su hermano dentro.
"Nadie nos vio, muy bien, ahora toda es tu culpa, ¡mira nada más! Rompiste todo el vidrio, deberías decirle adiós a tu beca estúpida."
Se sacó la corbata, y la amarró hacia las manillas de la puerta, apretando con fuerza. Ahora la cosa se pondría interesante.

Abrió los ojos a la par, con una mezcla de incredulidad, sorpresa y enojo. No sólo le estaban culpando de algo que no hizo... No, su beca no podía peligrar por culpa de los celos de su hermano, sólo porque no había sido bendecido con un buen carácter, como si lo había sido el inglés desde siempre.
Apenas había caído en cuenta y ya estaba dentro del gimnasio, y no tardó en apresurar sus pasos hacia el escocés, extendiendo sus manos para intentar detener las ajenas en su tarea, aguantándose seriamente las ganas de comenzar una verdadera pelea de golpes con el mayor.
-¿Qué te crees que haces? No, claramente estás volviéndote loco, suelta ya esa puerta... Debo ir a clases, y estoy hablando en serio. Es tu palabra contra la mía, piensa bien a quién le van a creer primero... -Le observó de un modo amenazante, con los ojos entrecerrados demostrándole que no estaba dispuesto a ser pisoteado por nadie, menos por su "hermano mayor", a quién con suerte consideraba de su familia. ¿Realmente podía hacerlo? Lo dudaba, ese sujeto no se parecía en nada a él.

"¿Que a quién le van a creer primero?" Lo sabía, era obvio que a él no le iban a creer nada, y que obviamente la culpa recaería sobre él, pero estaba dispuesto a eso, ahora tenía a su hermano dentro, a esa persona que parecía molestarle con tan sólo el hecho de estar en la misma escuela.
Lo sujetó de la camisa, y lo acercó, chocando frente con frente, mostrándole su media sonrisa, llena de segundas intenciones.
"A ti te van a creer, pero diré que estabas jugando conmigo, y si dices lo contrario te voy a golpear tan fuerte que te vas a lamentar toda la vida." Y lo soltó bruscamente. Yendo hacia el cubículo lleno de pelotas. Tomó una y caminó hasta su hermano.
"Muy bien, estúpido, ven acá." Afirmó el hombro del rubio, llevándolo hacia la zona de tiro, entregándole la pelota.
"Si no le das al aro, lo vas a lamentar."

Suspiró resignado, maldiciendo entre dientes quien haya sido el astro que lo obligó a nacer en la misma familia que ese demonio de cabello rojo. Rodó los ojos, posicionándose donde el otro le había indicado, cogiendo el balón entre sus manos mientras comenzaba a comprender todo con mayor claridad.
-Eres un imbécil ¿no? Sabes que soy un asco en los deportes, siempre lo fui... Definitivamente no le apuntaré ¿qué se supone que me harás luego? ¿Golpearme? Entonces con mayor razón te expulsarán. No puedes hacerme daño, no te conviene... -A veces le molestaba el hecho de que él mismo tuviese que pagar por los caprichos de sus padres. Él no escogió ser como era, menos que lo alejaran de su hermano a tan temprana edad, pero simplemente pensó, que finalmente fue mejor haber crecido separados. Tal vez el otro no habría dudado en asesinarlo cuando era apenas un niño pequeño o algo así.

-Me las pagarás, por haberme hecho perder la clase de biología... -Murmuró, tomando el balón con mayor firmeza. Recordó las posiciones básicas del Bascket, flexionó los brazos y apuntó, lanzando hacia el arco. No estuvo tan lejos de apuntar, de hecho el balón rebotó contra el borde del aro, pero no alcanzó a que atravesara el mismo.
-Damn it... -Susurró entre dientes.

Ignoró por completo las palabras del inglés, ¿qué le importaba, de todas formas? Ni una verga, ojalá repitiera. Nada más se quedó expectante, esperando que el menor tirara, fallando, como lo preveía.
Una gran risotada, y un violento codazo hacia el inglés, empujándolo luego, con intenciones de botarlo.
"Entonces, diré que te caíste de un... No sé, que te caíste, eres un imbécil y torpe, ¿quién no me va a creer por eso?" Volvió por la pelota, jugando con ella mientras volvía a la posición anterior, riendo, todo ésto le causaba gracia, le entretenía de una manera enfermante.
Le lanzó la pelota, y se quedó en su posición, apenas el silbido del viento atravesando la abertura que dejó con la pelota, arrancándole más risas divertidas, cruzándose de brazos, volviendo la mirada hasta su hermano.

"Vamos perdedor, al menos puedes acertar con una, ¿no? Hahaha qué divertido eres, debería comprarte como un payaso personal."

-Vete al demonio, Scott... -Murmuró, habiendo perdido el equilibrio pero sin caer del todo, sólo sintió que una pelota lo golpeó, y la observó rodar por el suelo, ignorándola luego por completo.

-Ni te creas que te seguiré este juego, no tengo tiempo ni ganas. No soy tu bufón y aún no comprendo tu razón de tanto odio hacia mi. Que yo sepa, hasta ahora no te he hecho nada realmente grave.- Se acercó con rapidez a la puerta, buscando la manera de desatar el nudo que le mantenía encerrado en ese lugar. Muy a su pesar, sus manos habían comenzado a temblar dificultándole la tarea de una manera muy preocupante. -Agh, qué mierda... -Apretó los dientes, pateando con fuerza la puerta del lugar, apoyando los puños cerrados en la misma después.

De todas maneras seguía ahí, no había manera de escapar a no ser de que a su hermano se le diera la gana de dejarlo en paz, pero obviamente, ya estaba seguro de que nada de eso sería gratis.

Tornó los ojos, bufando luego, yendo hasta la mitad de la cancha, sentándose allí. Se cruzó de piernas, y apoyó la barbilla en la palma derecha, sus ojos entrecerrados denotaban fascinación, pero de mala manera. Afirmó la pelota que estaba cerca, y la comenzó a girar, apoyando el índice, dejando que el balón girase libremente, sin quitarle la vista de encima al desesperado inglés.
"¿No te rindes?" Habló por fin, lanzando otra carcajada, balanceándose hacia atrás, cruzándose de brazos y apoyando la cabeza entre ellos, mirando al techo.
"Me rindo, tienes que inventar una buena excusa por lo de la ventana, si saben que soy yo, me expulsan." Agregó lo último con molestia.... ¿Ser expulsado? Sus padres le iban a detestar más, Arthur continuaría siendo el hijo pródigo, y él nada más la lacra de la familia.
Ante tales pensamientos, chasqueó la lengua, y se giró en noventa grados, dándole la espalda a su hermano.
"Y hablo en serio, la amenaza va en serio..." Casi farfulló esas palabras, escupiéndolas con fastidio. Era un tipo tan fácil de irritar, tan mal carácter, que hasta a veces ni él se aguantaba.

-¿Por qué tengo que venir yo a salvarte de esto? Creo que ya tengo suficiente con que intentes golpearme cada vez que me ves... -Apoyó la frente contra la puerta, cerrando los ojos fuerte, la verdad no le gustaba enfrentarse con nadie, prefería la soledad a la que estaba acostumbrado, aquella que le daba la poca tranquilidad que soportaban sus nervios.

-No diré nada, de la maldita ventana... Y fin del asunto. -Una de sus manos volvió a coger la corbata que trancaba la puerta, frunciendo el entrecejo de manera algo preocupada. Preguntarían por su ausencia, claro está ¿qué excusas iba a dar a esas alturas? Giró despacio el rostro, dedicándose a ver la espalda del mayor, en silencio. No le gustaba odiarlo, no era un sentimiento que pudiese llenarle de dicha o algo similar. Menos teniéndolo tan cerca como le era el compartir no sólo la misma escuela, si no internado.

-Siempre me pregunté como serían las cosas si me llevara bien con mi hermano, quiero decir... Tener algo así como una familia normal... -Dijo en un tono tristemente divertido, como si hablase de una mala broma.

Le escuchó... ¡Le escuchó! Y el incómodo momento haciéndose presente, un ambiente del que siempre trataba de huir, ¿Y ahora qué iba a decir, ignorarle? No podía tampoco, era un tipo cerrado y llevado a sus ideas, y no era tampoco famoso por quedarse callado cuando le correspondía.
"Toda es tu culpa." ¿Qué, no se le ocurría nada más elocuente, inteligente? Actuaba como un imbécil con todas sus letras, pero si lo pensaba dos segundos más, tampoco se le iba a ocurrir algo más asertivo.
Sonrojó por su tonta afirmación, se dio cuenta de que fue estúpida, la culpa era de cualquiera, menos de ellos, pero si quería se la echaba al inglés y ya, como si costara tanto.

Alzó la vista, y dedujo la hora por el ocaso... Faltaba poco para las siete, seguramente el inspector se había ido a comer, o a lo que sea. Lo peor es que tenía hambre, y estaba su hermano... ¿Qué hacer? Aún no le quería mirar a la cara. Entonces, echó un vistazo al lado, notando que todas las cosas del gimnasio estaban desordenadas.
Se levantó, sacudió sus pantalones, y guardó las pelotas.
"Ayúdame a guardar el cubículo dentro de la bodega..."

-Bien, todo mi culpa... Como siempre.- Negó suave, jamás se llevarían bien y cada vez lo comprobaba de mejor manera. Se acercó despacio a él, para que pudiese ayudarle con el asunto del cubículo.

-Creo que ya va siendo hora que salgamos de aquí, quiero decir... Pronto vendrán a hacer las prácticas del equipo de deportes, y si nos encuentran nos echarán la culpa a ambos de todo esto ¿va? -Abrió la puerta de la bodega, cuidando que todo estuviese en órden dentro para proceder a meter dentro el desorden que había afuera. -No creí que fueras a desordenar todo esto tú sólo... Me pregunto qué razón tendrás para haberte venido a encerrar... .- De alguna manera conocía, lejanamente las actitudes del escocés. Era cierto que le prestaba algo más de atención por pertenecer a su familia.

"Cállate, si llegasen a venir, no creo que ninguno tendría las agallas para hablar sobre lo que pasó aquí." Murmuró con dificultad, tirando del cubículo dentro, dejándolo en la esquina de la bodega. Suspiró hondo, y caminó hacia la puerta. Sin embargo, cuando trató de abrir la puerta, no pudo, se había cerrado, y sólo era posible de abrir desde afuera, alguna estúpida idea para que no entrasen a la bodega sin permiso (el escocés no tenía nada que hacer a esas horas, solo).
"... Tenemos un problema acá." Tragó saliva, tratando de forcejear el picaporte, moviendo con algo más de esmero dicho objeto.

"Damn it! ¡Abre estúpida puerta!" Poco faltó para que las patadas, los puñetazos a la puerta se hicieron presente, ahora si estaba en aprietos, sería el doblemente buscado por el sólo hecho de tener al presidente perdido.

Al verlo así sólo pudo largarse a reír. No es que la situación fuera graciosa completamente, se le hacía incluso un poco contradictoria. Al parecer al otro y su idea de hacerse el chico malo le terminó por salir el tiro por la culata, y ahora ambos estaban encerrados y para poder salir, habría que implicar un tercero... O simplemente buscar una salida alternativa.

-Creo que ahora sí, se me permitirá decir que la culpa es toda tuya, hermanito...¿En qué estabas pensando realmente?-Alzó la mirada, analizando la edificación a su alrededor. Debía haber otra salida, si no simplemente aquello era inhumano. Detuvo el andar de su vista cuando vio una ventana más grande, ladeando el rostro con curiosidad. -Podríamos salir por una ventana, aunque se vería raro si alguien justamente esté caminando fuera de aquí... Es a lo que tendríamos que arriesgarnos. -Fuera de eso no se le ocurría cosa alguna, y tampoco era que esperara mucho de su hermano, lo conocía y era incluso más impulsivo que él mismo.

"¿Que alguien nos vea? No me interesa, salgamos." En seguida, fue hacia la ventana, quitándole el seguro y abriéndola, del otro lado podía verse la parte trasera del gimnasio, confiaba en que no tenían una suerte funesta.
Se asomó, y en cuanto no vio nada, tomó con brusquedad el brazo de su hermano, ubicando éste en frente de la ventana.
"Hazlo rápido, que no te vean, sino, te mato." Y haciendo impulso, lo tomó de la cintura, levantándolo del suelo. Antes nunca se había imagino estar así con su hermano, pero, de vez en cuando había tregua, ¿no? Aunque fuese por pura conveniencia, a veces era algo más sano, al menos, el menor podría ser su único aliado.

Vio como el otro se asomaba y negó después, siendo jalado con fuerza para quedar frente a la ventana y aferrarse a la misma cuando el otro lo alzó, afirmándose del marco para observar hacia afuera. La clase de biología no parecía terminar aún, lo que les daba el tiempo de escapar sin que nadie se diese cuenta. Se sentó en el borde y le ofreció la mano en el escocés para ayudarle a subir también, ya que estaba un poco en altura la ventana.

-Rápido, parece que el profesor está acabado la clase, veo que todos están cogiendo los estuches... - Seguía con el brazo extendido hacia el pelirrojo, ya buscaría la manera de explicarle al director porque una ventana estaba rota, siempre se le ocurrían cosas creíbles, o simplemente el director terminaba creyéndole todo aunque fuese algo fuera de lo común.

Le miró un rato en silencio, frunciendo el entrecejo, nadie se explicaba por qué éste tipo parecía siempre de tan mal humor.
Chasqueó la lengua y se la negó, dándose impulso con sus propios brazos, afirmado por el borde de la ventana, logrando salir luego. Un gran suspiro de alivio, aunque voces aproximándose no lo dejaron tranquilizarse en absoluto.
Afirmó a su hermano por la cintura, y se escondió entre los ficus de la facultad, tapando su boca, sonriéndole en seguida.
"Eso estuvo a punto... Aunque parece que van al gimnasio... ¿Cómo van a entrar?" Murmuró despacio, echando leves risitas, disimuladas.
Pero los tipos aún no se iban, ni parecían tener la voluntad de hacerlo, sólo se quedaron cerca, hablando, haciendo bromas y chistes.

Bufó al recibir el rechazo del otro, tomando como nota mental no volver a ser cortés con el escocés, porque terminaba siendo completamente en vano. Una vez que por fin había sentido el alivio de salir de allí, ya estaba siendo arrastrado nuevamente, pero esta vez a unos arbustos, con la boca tapada se le hacía un poco difícil reclamarle.

Lo miró de reojo, el mayor parecía extrañamente divertido con la situación ¿Acaso estaba loco? Si los encontraban no tendrían manera de salvarse con ninguna clase de excusa. Y el inglés no estaba nada de emocionado con la idea, menos si es que su expediente como estudiante estaba intacto en todos los sentidos. Y sólo sostuvo la mirada, algo molesto porque aún tenía una mano en su boca, tentándose enormemente a morderle aunque lo seguro era que el otro le maldeciría y terminarían encontrándolos... Además ¿qué le iba a decir al resto cuando supieran que estaba oculto con su hermano entre unos arbustos? Seguramente se llenarían de chismes extraños. Sintió un escalofrío horrible del sólo imaginarselo.

Se comenzó a impacientar, ninguno tenía la intención de marcharse, o al menos eso parecían, pues los vigilaba concentrado. Tragó saliva y se acomodó en sus antebrazos, descansando el rostro en ellos, mirando a su hermano.
Parecía preocupado, si, seguramente si le veían cerca del escocés iban a pensar cosas malas, que era una pésima junta, y que deberían estar pensando en cómo alejar al pelirrojo lo más antes posible de tal promesa. Eso le arrancó una sonrisa.
"¿Qué pensarían de ti si te viesen junto a mi?" Mencionó en murmullos, sin quitarle la vista encima.
"Seguro van a pensar muchas cosas... ¿Qué pensarían ellos, por ejemplo, si me ven detrás de unos arbustos contigo, tratando de escondernos?" Se aproximó un tanto, nada más para que los murmullos no fuesen escuchados más allá que el inglés.
"Sería divertido ver la reacción de todos cuando vean al joven más talentoso estando cerca de un tipo sin futuro, ¿no crees?"

Ni se molestó cuando el otro comenzaba a hablarle de esa manera, menos cuando pronunciaba esa clase de amenazas. Rodó los ojos, apartando un poco el rostro del ajeno. No estaba acostumbrado a una cercanía con alguien más, siempre creció apartado de todo lo que se tratase de tacto o cercanía de pieles.

-Pensarán lo peor, seguramente... Un par de personas escondidos detrás unos arbustos no son signo de un buen acto, seríamos sospechosos de algo, pero me da igual realmente con quien me encuentren, no soy esa clase de personas que se deje influenciar por el resto, aunque seas mi hermano mayor no soy de esa clase de gente que copia todo de los mayores -También habló en susurros, observando a las personas que caminaban alrededor ¿cuándo demonios se iban a ir? Estaba algo cansado de estar ahí, recibiendo esa clase de burlas por parte del pelirrojo, estar muy cerca de él le provocaba una cierta sensación de melancolía que no le agradaba. Tal en ambos corría la misma sangre, sin embargo verlo sólo le hacía sentirse más lejos de él.

"Si, eso pasará, además, ¿cuántos de acá saben que somos hermanos?" Comentó casi casual, volviendo la vista hacia el frente. Ya, se aburrió, ¿acaso iban a estar todo el día esperando que esos idiotas se fueran? Quizás en otra ocasión si, pero estaba perdiendo la paciencia.
Bien, ¿a su hermano no le importaba? De todas formas no se iba a preocupar si le importaba o no, pero luego no quería aun inglés quejándose cada vez que se sintiera incómodo. Se levantó, y tomó al menor de la mano, y salió de los arbustos pateándolos. Los tipos les quedaron mirando sorprendidos, en completo silencio.
Les hizo una seña, un pequeño saludo, sonrió, y se llevó a su hermano lejos de allí, casi arrastrando.
Poco faltó para que comenzaran con sus chismes, riendo, comentando la situación.
[¿Y ésto dónde lo podemos continuar?]

- Creo que es algo obvio por cosas de apellidos -Respondió con simpleza, no previendo el movimiento que haría luego el escocés. El otro no terminaba de darle sorpresas, menos ahora que tenía a varios estudiantes viéndole fijamente. Oh no, ahora sí que sería objeto de chismes por todos lados, estaba saliendo de los arbusto, de la mano del escocés y siendo arrastrado por el mismo, apenas teniendo oportunidad de réplicas o quejas.

-Espera, Scott ¿dónde demonios vamos? - ¿Acaso el otro había perdido la cabeza? Ahora si los culparían de la ventana rota. Su buena voluntad se estaba yendo, por así decirlo al carajo. Cada vez lidiaba con más problemas, el odio de su hermano, las bromas que le hacía cierto trío de idiotas. Todo se estaba sumando a su pobre paciencia que poco a poco estaba por estallar.

-¿Me estás escuchando? -A mitad de camino se detuvo con fuerza, soltándose del agarre ajeno mientras buscaba con sus ojos la mirada de su hermano, necesitaba una explicación coherente para las acciones que estaba llevando a cabo el mayor, y el otro parecía hacer sólo lo que se le venía en gana.- ¿Puedo saber por qué optaste por salir así sin más? Eso fue sumamente irresponsable de tu parte.



[ Adsada perdón, lo continuamos donde quieras (?) ]